(Poema)
Caminamos de la mano
por la arena y con el viento
y te subes a una roca
y te digo que te quiero.
Cuando las únicas palabras
son la espuma sobre el agua
entre olas de estrofas
que suenan como versos
y hago que tropiezo
y siento que me abrazas
tu sombra en mi hombro
y la brisa en mi espalda.
Después de tanto tiempo
las palabras son de adentro
y amanecen las mañanas
con el calor de tu cuerpo.
El juego de la vida
está siempre en la orilla
no se acerca el horizonte
por más olas que traiga el día.
Delante hay un barquito
de pesca, de vela,
lo habitan marineros
de piel bruñida en sal.
Atrás las montañas
alejadas de la mar.
Caminamos despacio
y juego a pisar tus huellas
y siento que siento todo,
todo lo que tú piensas.
Veo el astro que te quema,
tras de ti miro tu espalda
que no es roja ni morena
todavía esta un poco blanca
como nívea sirena.
bajo una sombrilla
azul y verde
una mochila y dos cervezas
y una bolsa de patatas.
Tu cabello se escapa
de la pinza que lo atrapa,
entonces hago que tropiezo
y tu te giras y me abrazas
Se llenan los ojos de horizonte
con árboles y rocas a los dos costados
y algunas señoras que caminan deprisa
solo para ir al otro lado.
Y tú me ves y me das la mano
y nos llenamos de silencio
y lo llenamos de palabras
que se escriben como versos
de espuma en el agua.
Siento que el tiempo
que todo consume
nos ha dejado un tiempo
que nos une
y nos vemos aquí
entre arena y viento
donde acaba el agua
y se llena de sal tu cuerpo
por fuera y por dentro.
Yo hago que tropiezo
y tu te giras y me abrazas
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Que sepas que la he leído rapeando.Y me ha hecho mucha gracia lo de la nívea.Me parto.
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