Sin título (A.P.) |
Judea, 25 de diciembre de 2023
Un retrato de Navidad y Hanukkah
Una estrella fugaz alimenta, con su brillo eterno, el milagro de la Buena Nueva.
Bajo la luz de la revelación hay un templo que conmemora el amor aunque sus paredes están engalanadas con concertinas.
Un hombre, carpintero, yace en el suelo y a su lado una madre con lágrimas en el rostro eleva al cielo a su recién nacido envuelto en un sudario blanco y sucio de escombros y así anuncia, sin Salvación, al nuevo Rey de los judíos.
Quizá los tres fuesen terroristas.
Un buey y una mula observan a los impávidos pastores.
Todos esperan con ilusión a unos reyes de oriente portadores de magia pero llegarán tarde...
Mientras, ingenuos, unos niños bien vestidos se juegan con una pirindola unas monedas de chocolate envueltas en oro.
Con un fondo ensangrentado esta imagen es hoy la del más famoso de los pesebres.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy triste, quedo con la esperanza, que sea cuanto antes, de leer tu microcuento cuando acabe el genocidio
ResponderEliminarSí, cómo se puede vivir de espaldas a tanto sufrimiento. Nosotros no podemos resolverlo pero sí mantener vivo el espíritu contra el sufrimiento y la barbarie. Ojalá que acabe pronto
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