Drama, 22 min, Estados Unidos
PEACETREE PRODUCTIONS
Dir. Joshua Weigel - Guión Joshua Weigel y Rebekah Weigel - Mús. Timothy Williams
Méndez: Eduardo Verastegui
Will: Nick Vujîcik
Otto: Doug Jones
(Esta cinta la he podido ver en YouTube y he preferido verla en VOSE).
Un cortometraje es una narración de exposición limitada y precisa. No es sencillo dar en la diana si se dispone de un solo arco y de muy pocas flechas. El corto es un formato de cine exigente para el guionista, la dirección, la actuación... y todas las personas que intervengan.
Deben de conseguir transmitir aquello que se pretende en un breve espacio de tiempo y con pocas oportunidades para utilizar los recursos narrativos.En poco más de veinte minutos los creadores de El Circo de la Mariposa, Joshua Weigel y Rebekah Weigel, nos invitan a reflexionar sobre la importancia del esfuerzo y de la transformación personal; mediante una fábula nos enseñan lo grandes que podemos ser las personas cuando somos acompañadas, estimuladas, protegidas, cuando recibimos el afecto y reconocimiento de los otros. Ingredientes básicos para poder contemplar la transformación tan necesaria de esta humanidad de la que formamos parte.
El Circo de la Mariposa es un precioso relato ambientado en la reconocida década de 1930 en los EEUU.
La historia comienza con la inocencia de un niño y la seguridad de Méndez cuando ven el cartel de otro circo, el Espectáculo del Carnaval - Carnival side show-. Un circo donde se exponen como espectáculo las desgracias humanas, personas insólitas por su aspecto, monstruos tristes: el hombre sin brazos ni piernas, la mujer barbuda, la mujer más gorda, el hombre más tatuado.
Personas expuestas a la risa, asombro, condescendencia, burla, perplejidad y que en su propia limitación son incapaces de ver la posibilidad de un crecimiento personal.
Unos niños se ríen de Will, el protagonista sin brazos ni piernas, entonces aparece Méndez el director del Circo de la Mariposa y ve a la persona.
-Tú eres magnífico- le dice.
Pero Will no cree ni entiende...
-Tal vez me acerqué demasiado- se excusó Méndez.
Qué se puede sentir cuando "hasta el dios mismo lo ha rechazado", cuando se tiene el alma enterrada y atada con cadenas, cuando "la persona más tatuada" llama espectáculo extravagante al Circo de la Mariposa.
Will decide fugarse al nuevo circo.
El nuevo lugar es un escenario de transformación y aceptación.
Un circo donde el triunfo de uno es la alegría del resto, donde ríen, bailan se respetan y donde, como es de esperar, cada uno arrastra un pasado, todo ello muy bien contado en apenas unas imágenes.
Will comenta que quiere participar en el espectáculo. Sin embargo, Méndez le deja claro que para ello debe realizar una buena actuación, ya que en este circo no se exhiben las imperfecciones de las personas, si no que se muestra el talento que estas puedan tener. "Mientras más grande es la lucha más glorioso es el triunfo".
Will podrá quedarse con ellos en el circo el tiempo que quiera.
La gran metamorfosis se da cuando aparecen las alas, ocurre cuando se escucha la frase “¡Miren, puedo nadar!”.
La oruga en el frasco es la metáfora, convertirse en crisálida para brillar como mariposa mostrando y devolviendo a la sociedad todo su esplendor; es la imagen de la mirada inocente del niño con muleta que encuentra consuelo en el protagonista y es el posterior agradecimiento de su madre.
La belleza puede crearse con las cenizas del presente. Todo lo que este mundo necesita es un poco de maravilla y así, entre frases, se ha ido hilvanando el relato.
Una historia que presenta a un alma valiente para convertirse en inspiración.
Parece mentira que se pueda y se siga queriendo vivir sin extremidades y ademàs ser féliz, claro que como nunca las ha tenido no las echa de menos ¿o si?
ResponderEliminarEs una suerte contar con extremidades.
¿O sí? Gracias por tu reflexión Vicente
Eliminar