¡ El próximo viernes algo nuevo !

Nada nuevo pero seguro que encuentras algo entre los diferentes relatos para volver a leer (migración, lgtbiq+, memoria histórica, justicia, amor y muerte...)

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Por la paz

Aquellos que hacen daño en el nombre de Dios irán al infierno en el nombre de su Dios. Contra el cruel genocidio que Israel y los cómplices que le apoyan están ejerciendo sobre el Pueblo Palestino.

viernes, 27 de enero de 2023

Adán y Eva

(Cuento) 

El abrazo de Gustav Klimt

    Por fin, los gobiernos se han puesto de acuerdo y el nuevo satélite artificial de comunicaciones, Adán, ofrecerá al mundo la última tecnología con la que todos los países y personas podrán intercomunicarse a través de él.

    El lanzamiento está dispuesto, los ingenieros, mecánicos, directivos y políticos están preparados, Juan lo está, eso sí, algo nervioso. Su labor en el proyecto ha sido muy importante y él será el ingeniero que tendrá el privilegio de pasar a la posteridad como el ejecutor de tan grandioso despegue.

    Todos los dispositivos y cálculos de la misión serán controlados por Eva, un sistema basado en lo último de la inteligencia artificial, inteligencia casi humana.

    La voz de Juan y solo la voz de Juan será interpretada por Eva y se establecerán las órdenes oportunas para el despegue. Posteriormente cualquiera de las voces de los ingenieros y técnicos autorizados podrán indicar a Eva las instrucciones necesarias para el control del cohete y del satélite.

    En realidad, esta parte de la operación es bastante sencilla pero se busca un efecto espectacular para el público en general.

    Cuando llegue el momento Juan sólo tendrá que decir: Uno, Dos, Tres y aun así está nervioso. Recuerda el único recital de poesía en el que participó siendo escolar. Era un poema de Machado, todos los compañeros, hermanos y padres le miraban, todos en silencio; subió al escenario, respiró y comenzó:

    -"Se ha asomado una cigüeña a lo alto del...", dudó

    -"a lo alto del..."

    El profesor le susurró "campanario" pero Juan no atendió y sólo supo decir -"canario".

    El público no se dio cuenta de nada pero del lado de los compañeros escuchó risas y sintió el ridículo y la vergüenza, se hizo más pequeño de lo que era, salió corriendo y se escondió detrás de las cortinas.

    Esta vez Juan no fallará, ahora sonríe con el pasado, tiene otra seguridad en sí mismo y además tanto él como el resto del equipo lo han preparado de una forma tan sencilla como: Uno, Dos, Tres.

    El gran momento ha llegado.

    El director del proyecto hace una seña a Juan.

    Las cámaras de televisión enfocan su rostro.

    Juan dice: Uno. Lo dice de forma ceremoniosa, las cámaras cambian y enfocan a la torre de despegue, los estabilizadores y propulsores comienzan la ignición.

    Para el siguiente paso deben transcurrir nueve segundos, hay un cronómetro enfrente de Juan pero no le hace falta, lo han ensayado tantas veces que su cerebro funciona como un metrónomo.

    Dice: Dos. Los estabilizadores se corrigen y la potencia propulsora aumenta. Juan esboza una sonrisa, un primer plano de él regresa a todas las televisiones.

    La tensión se palpa, los anclajes se separan. Bajo el cohete asoma una bola de fuego y humo. Nueve segundos más y...

    No, no puede ser ¡Si es facilísimo! Piensa Juan con angustia.

    Todo el equipo se fija en Juan. Todos saben de ese tacto y habilidad que él tiene para ganar protagonismo y darse importancia pero, ¡ojo!, ya no debe demorarse más.

    Juan sonríe, nadie lo sabe pero es una sonrisa nerviosa y con ella intenta ocultar lo que le está ocurriendo, busca en todos los rincones de su cabeza, podría decir: ¡Ya! o ¡Ahora! o ¡Alto! o ¡Tantas otras cosas!..., pero eso no vale, no es eso lo que necesita decir.

    Por seguridad, Eva sólo espera el Tres de Juan y Juan no encuentra esa palabra en su cerebro, sabe que está, que existe pero ¿Cuál es?, solo cuatro letras, tan sólo un sonido, sólo un Tres y el despegue será definitivo pero no, no lo encuentra.

    -¡Vamos Juan, el Tres!- Gritaron desde Control.

    Ya es tarde. El cohete se ha sobrecalentado y Eva desconecta todos los sistemas. Libre de anclajes y sin control de estabilización el cohete portador del satélite Adán se desploma.

    Juan mira a su alrededor, sólo ve enormes ojos, bocas abiertas y manos llenas de pelos...

    Mañana va a ser inaugurado el Museo de Nuevas Ciencias y Tecnologías.

    El satélite Adán y su medio de comunicación Eva serán los motivos principales y más importantes de la exposición.

    La leyenda que acompaña las vitrinas habla de una tragedia técnica.

    Juan ha sido invitado a la ceremonia y le han ofrecido que sea él quien corte la cinta de inauguración.

    Juan ha rechazado la propuesta y su participación y asistencia en el evento.

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2 comentarios:

  1. Bueno, Juan podría haber ido en esta ocasiòn, parece que no tenia que hablar, pero era un "corte" en este caso de cinta.
    Inauguro un rato agradable los sàbados como seguidor.
    Gracias
    .


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  2. Este Juan ni pincha ni corta...
    Gracias Vicente, ojalá que los textos te acompañen amablemente los sábados ¿sería junto a un café y unos churros?

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